viernes, 28 de septiembre de 2012

Atesorar España


Hubo un tiempo en el que este país invertebrado despertaba un interés inusitado, y antes como ahora, los ojos nativos miraban con escepticismo y cierta burla a quienes descubrían en nuestros pueblos y gentes a especímenes aún no contaminados por la modernidad industrial y urbana de su época.

Tal es el caso del multimillonario y filántropo norteamericano Archer Milton Huntington (1870-1955) quien patrocinó y adquirió a través de campañas fotográficas financiadas por él mismo más de trescientas fotografías de  la España de la segunda mitad del siglo XIX y las tres primeras décadas del siglo XX, que abordan la imagen y cultura tradicional de España, constituyendo una generosa representación del acontecer español de su tiempo.

Tradiciones y vestigios de una España que voluntariamente se deseaba contemplar genuina. Deambulaban entonces viajeros enamorados de este país que como cazadores furtivos ansiaban capturar la esencia y el alma de este rincón del mundo.

De sus cámaras salen a nuestro encuentro sus tipos humanos y oficios, costumbres festivas y religiosas.

Un inventario que abarca visiones de Sevilla, Málaga, Isla Cristina, Zamora, Pontevedra, Asturias, Castilla y León o Extremadura y que fueron posibles gracias a la retina de los diferentes fotógrafos, desde Charles Clifford y Jean Laurent a la fotógrafa Ruth Matilda Anderson y su ingente producción fotográfica; la autodidacta, distinguida y adinerada dama de la alta sociedad neoyorkina, Anna Christian, amiga de Sorolla, “que la orientó en su deseo de conocer, no la España de pandereta, sino la real y maravillosa, inmortalizada en múltiples momentos artísticos” y cuya mirada está presente en el entorno cultural y humano del propio artista en el momento en el que realiza la Visión de España, en sus fotos de temática valenciana o en aquellas de la dehesa y cortijo de la familia Miura de Sevilla, y que nos muestran un delicado gusto por el detalle. En este recorrido también nos encontramos con el generoso inventario sevillano de Emilio Beauchy y el fotógrafo alemán Kurt Hielscher, quien en su libro “España Incógnita” publicado en 1922, señalaba a España como un gran museo de arte abierto, que encierra la riqueza cultural de las épocas y los pueblos más diversos.

Una contemplación inmortalizada felizmente en ese pasado en sepia de una España a medio camino entre una virginal decadencia y una “Edad de Plata” cultural, necesitada entonces, como ahora y siempre por la singular mirada del otro, del que se acerca cautivo de lo diferente, situado en la extrañeza de lo que siéndole ajeno le resulta familiar, cercano, sugerente.

Muchas “Españas” dentro de una, unidas sin saberlo por lo vital, lo anímico y lo espiritual, por una común actitud ante la vida.
Hermanos diferentes con un mismo aire de familia.

*Tuve el lujo de disfrutar de esta exposición en el Convento de Santa Clara de Sevilla en junio de 2012, gracias a un convenio de colaboración entre el Consistorio hispalense y la Fundación Bancaja. Una selección de 160 imágenes de los valiosos fondos de la Hispanic Society of América de Nueva York, que cuenta en su haber con más de 175.000 fotografías. Comisarios de la Exposición, Joaquín Bérchez y Patrick Lenaghan.