lunes, 30 de noviembre de 2015

Nube negra













En esta nube negra donde habito,
en este mundo de cartón piedra que
apenas resiste un segundo acto.

En esta escuadra y cartabón que
utilizo para diseñar mi espacio.

Aquí, ahora, en este interludio, me desarmo,
como actriz de una vil novela negra,
como cómica de una burda sátira,
como héroe de un drama clásico.

Personaje de reparto,
segundón en las principales escenas,
viuda de textos,
ajada por los años de espera del guión perfecto,
de una oportunidad para mostrar mis encantos.

Productora de grandes episodios lunáticos.

Se origina una pausa, se abre un paréntesis,
habla el director, pero apenas le escucho.

Cae el telón y se inunda el espacio de un rojo carmesí.




martes, 10 de noviembre de 2015

Mundo Zombi



El mundo zombi ya está aquí. 


En serio, ya se que no veis a esos seres creados por Kirkman y Tony Moore, vestidos con andrajos y con pedacitos de carne colgando por un mordisco que otro coetáneo le ha arreado en su cara bonita, en una ilusión carnívora, … que yo apuntaría más a un revanchismo, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid. Pero estar, están.


Los vemos todos los días, sin ser ya muy conscientes de ello lo pasamos por alto, pero esta mañana me descolocó lo que luego resultó ser un “no diálogo” que una chica que iba sentada detrás de mí en el autobús parecía mantener.
Le iba contando a una amiga "imaginaria" todo su relato de incidencias y emociones del día,cosa que tendría un comentario aparte, con las pausas que marcaban los comentarios o respuestas que aquella parecía darle. Me costó darme cuenta que le estaba grabando varios mensajes de voz. 

Y es que ya se ha dado un paso más allá, ya no se mandan mensajes de los que se espera contestación más o menos inmediata, que es de lo que se trata la mensajería instantánea, ya es que directamente se preguntan y responden como el otro lo haría, y quizá sin tener un contacto vivo y a tiempo real durante días, meses y quien sabe, seguro que alguien habrá que ni durante años. 
 

Y en un ejercicio de “mindfulness”, o lo que viene a ser “¡quieres prestar atención fulanito!”,  bajando de este autobús camino hacia mi destino final, me dí cuenta que había más, muchos más infectados por este virus del soliloquio, la “virtualidad” y la solitud 


Después del largo día volvía a casa pensando cómo podría proteger a mis seres queridos de esta amenaza, de esta caída de la civilización.

En estas situaciones sobreviven los más fuertes y los locos, a mí me tocaría el segundo grupo...

Cuando llegué a mi hoguera aún no había llegado nadie, cogí el móvil y me puse a relatar lo sucedido
Unas gotas de sangre mojaron el teclado.